Hola a todos! Espero que hayan tenido un gran fin de semana y que estén más que listos para regresar a la rutina mañana. Antes de irse a dormir, les voy a platicar de mi experiencia un fin de semana en una de las ciudades más grandes del mundo: la famosa capital mexicana, hogar de 20 millones de chilangos, de las famosas tortas de chilaquiles y de las quesadillas sin queso, será la protagonista del post de hoy.
Aunque muchos de ustedes no lo saben, de hecho soy originaria del DF (mejor conocido hoy como CDMX), gran parte de mi familia vive aún ahí y como en nuestro país los servicios siguen bastante centralizados ahí, mis visitas a la ciudad son muy constantes. Este fin de semana, además de hacer un trámite, decidimos darnos una vuelta por el centro, así que les platicaré sobre un par de lugares que pueden visitar y cómo está la movilidad por estos lares.
Mi travesía inició muy temprano, esto porque íbamos a realizar la verificación vehicular del coche y pues sacamos cita lo más temprano posible con el propósito de tener todo el día disponible. Para quienes no están familiarizados con esto, la verificación es un trámite que se debe hacer a los autos con el objetivo de corroborar que cumplan con ciertas normas de emisiones al medio ambiente (básicamente para evitar que contaminen más de lo que ya lo hacen) y se debe hacer cada año o cada seis meses para poder circular en la Ciudad de México y algunos estados aledaños. Como buena mexicana, esta vez yo iba con la idea de que el proceso iba a ser tardado y un poco tedioso, pues a pesar de tener una cita programada, con tanta gente en la ciudad, cualquier cosa puede pasar. Para mi grata sorpresa, todo fue muy rápido, el servicio eficiente y el personal amable, además de que la movilidad en el lugar fue muy buena: cuentan con rampas en todo el lugar, la sala de espera es amplia y tiene espacios reservados para las personas que esperan en silla de ruedas o con andadera, además de que el mobiliario y los servicios sanitarios también están adaptados para personas con limitantes de movilidad. Un trámite que definitivamente se hace menos pesado gracias a las instalaciones y al personal.
Después de esto, decidimos ir a una de mis calles favoritas en la ciudad: Prado Norte. Ubicada en la colonia Lomas de Chapultepec, esta pequeña calle es también conocida como el paraíso de los Godinez. Desde pequeña me ha gustado visitarla aunque sea solo para caminar por las tiendas y ver qué hay de nuevo, pues cuenta con básicamente todos los servicios que puedes necesitar: tiendas de dulces, de disfraces, de ropa, vinaterías, restaurantes de comida rápida, de mariscos, sushi, tamales, hamburguesas, heladerías, cafeterías, farmacias, pastelerías, peluquerías, un mercado, tienda de mascota… pff en serio me sorprende la cantidad de giros que hay en estos pocos metros de la ciudad.
A pesar de tener todo tipo de negocios, debo decirles que definitivamente es una de esas colonias «fresas» de la ciudad en donde podrán ver autos de lujos, camionetas de guaruras y personalidades caminando por ahí, así que el precio en general de los negocios tampoco es muy bajo, pero la mayoría son súper recomendables, así que si quieren darse un gustito, podrían darse una vuelta para probar una de las tantas ofertas culinarias, entre las que recomiendo especialmente: los tacos El farolito, la pastelería Los Tulipanes y la heladería Roxy’s. En cuanto a movilidad, esta colonia aún tiene grandes áreas de oportunidad, pues aunque cuenta con cierta infraestructura, ésta se encuentra descuidada o no es respetada (rampas y lugares de estacionamiento principalmente). Muchos negocios no cuentan con entradas accesibles y casi ninguna plaza tiene elevador, por lo que sería bueno que se prestara más atención en este tema.
Después de una vuelta por esta famosa colonia, nos dirigimos al centro histórico de la Ciudad de México, uno de los más famosos del mundo y si me permiten, de los más bellos que he visto. Me encanta ir y ver los palacios que rodean el cuadro principal como el edificio de correos y el Antiguo Colegio de San Ildefonso. Como decidimos que era momento de comer, llegamos a uno de los restaurantes mexicanos típicos del centro, llamado Los girasoles, el cual se encuentra muy cerca de Bellas Artes y ocupa uno de los edificios antiguos históricos. La vista desde la terraza es hermosa, la comida 100% mexicana y el servicio es de mucha calidad, por lo que ahí les van mis recomendaciones de platillos si se deciden a probarlo: para empezar, no hay como unos taquitos y los que pedí esta vez, fueron de pescado rebosado, vienen acompañados de una salsa deliciosa y están ideales para abrir el apetito. Como plato fuerte, elegí una Suprema rosa mexicano, elaborado con pechuga de pollo y salsa de cacahuate, plátano macho y arroz a un lado, sin duda alguna una buena elección aunque un poco abundante si quieren probar más cosas. Por supuesto que los postres no se quedaron atrás y tuvimos que pedir dos para no quedarnos con las ganas: una Bomba poblana y una trilogía de chocolate. La primera, es un bizcocho de chocolate con un ligero sabor a mole poblano, bañado con un poco de ambas salsas (chocolate y mole), es uno de esos postres únicos que deben probar una vez en su vida. La segunda por otro lado, a pesar de contar con tres tipos de chocolate, está hecho con una consistencia estilo mouse, lo cual lo hace bastante ligero y delicioso pues el sabor no llega a empalagar en ningún momento.
Ir a un centro histórico siempre me ha parecido un poco complicado pues como sabemos, los estacionamientos son escasos, las adaptaciones para personas con limitantes de movilidad pueden ser pocas y los edificios al ser antiguos, no necesariamente cuentan con infraestructura adecuada, sin embargo para mi buena sorpresa, en esta ocasión no me fue tan complicada la movilidad, pues si bien el restaurante no contaba con estacionamiento, hay varios alrededor y hay diversas bahías donde se puede hacer el descenso para evitar hacer un traslado tan largo. Las banquetas y calles se encuentran en bastante buen estado y si bien falta una que otra rampa, podemos decir que el tema de accesibilidad ha ido mejorando mucho en estos cuadros de la ciudad. Si bien el restaurante no contaba con un elevador para subir a la planta alta, los meseros pueden apoyar en caso de requerirlo para poder hacerlo y la gente cada vez es mucho más observadora y atenta para poder otorgar una buena experiencia a los usuarios.
Pues esta fue mi recomendación de hoy, les agradezco como siempre leerme, no olviden dejar sus comentarios y recomendaciones para visitar más lugares!!!
Atte: Gato
P.D. Pueden ver más fotos de mis visitas a todos estos lugares en Instagram: el_gato_con_ruedas