Hola a todos, ¿cómo les va? Ya esta semana tuvimos la primera lluvia de la temporada (gracias al cielo porque nos urge que baje el calor) y eso me recuerda algo muy importante: ya se viene la temporada de la Feria Nacional del Queso y el Vino. Para los queretanos y varios mexicanos esta fiesta ya es toda una tradición, y es que ¡este año se realizará la edición no. 41! Aunque ha sido en las últimas dos décadas cuando más ha ganado fama, la verdad es que este festival ya lleva bastante tiempo realizándose y cada vez cobra más importancia.
A partir del 31 de mayo y durante los siguientes 3 fines de semana se llevará a cabo la Feria Nacional del Queso y el Vino en Tequisquiapan, Querétaro. En éste podrán degustar vinos de diferentes regiones del país, quesos artesanales hechos con técnicas muy diversas y espectáculos culturales que hacen de estos días, una verdadera fiesta. Si bien hay muchas personas que gustan de ir, es cierto que la cantidad de gente que asiste, cada vez es mayor, además de que con el paso del tiempo, dentro de la feria se encuentran otros productos y servicios que pareciera rompen con el concepto original del evento (queso y vino) y esto a algunos podría ya no gustarles, así que les recomiendo ir con esto en mente.
Mientras llega el fin de semana, les platicaré de uno de los viñedos icónicos de la zona y donde pueden ir cualquier fin de semana a disfrutar de una de las áreas vitivinícolas del Bajío. La Redonda es un viñedo que data de 1975, adjudicado a un italiano llamado Vittorio Giaginto Bortoluz Perencin, quien era perito agrario, especialista en viticultura y enólogo. En este recinto, podrán disfrutar de un recorrido por el viñedo, las cavas, una comida en su restaurante o comprar algunos productos locales en su tienda artesanal.

He ido un par de ocasiones a este lugar y si bien los vinos provenientes de aquí no son mis favoritos, el ambiente es lo que vale mucho la pena. ¿Han ido a un viñedo? Creo que estos lugares tienen una magia especial, ver las vids en cualquier época del año me parece fascinante, pero si quieren verlas en su máximo esplendor, por supuesto es en época de vendimia cuando podrán tener las mejores imágenes (agosto, septiembre y hasta octubre).
Para llegar a La Redonda, deben tomar la carretera de San Juan del Rio a Ezequiel Montes y encontrarán este lugar en el km 33.5, llegando podrán observar ya los viñedos que te acompañan todo el camino hasta llegar a la entrada del complejo, que es un pequeño edificio con arquitectura similar a la de una Hacienda de tiempos de la Revolución, ahí mismo encontrarán el restaurante y podrán pedir informes para los recorridos a la cava o a los viñedos.
Definitivamente recomiendo que tomen uno de estos recorridos pues te ayuda a comprender mejor el proceso por el que debe pasar la uva para convertirse en vino, además de que podrás conocer mejor el lugar y por supuesto en la cava podrás degustar algunas de las cosechas propias (que a muchos sí les gustan, no se dejen llevar solo por mi opinión). Creo que lo más interesante de todo esto es apreciar el arte de la vitivinicultura y disfrutar de los diferentes sabores que ofrecen las uvas de la región, que por cierto no son mexicanas, prácticamente todas fueron traídas de Francia (al fin los padres del vino) y se han ido adaptando a nuestras tierras.
Después de realizar el recorrido se antoja quedarse a comer una paella o un rico corte de carne con una copa de vino con vista a los viñedos, por lo que quedarse en el restaurante es muy tentador. El precio no es barato pero una vez más, el ambiente es lo que vale la pena y la comida es también bastante buena. El servicio no es malo y a veces hay música en vivo que también ameniza el momento; tomen en cuenta que en fines de semana es un lugar muy concurrido así que si van en fin de semana es probable que tengan que esperar por una mesa entre las 2 y 5 de la tarde.

Y bueno, ¿cómo está la accesibilidad aquí? Desafortunadamente tiene aún bastantes áreas de oportunidad el lugar, simplemente para pasar a la cava, las personas del lugar me indicaron que debían cargarme pues no hay forma de pasar con la silla de ruedas, aunque a los viñedos se puede ir en el mismo carrito que todos, en sí las instalaciones no están pensadas en ser accesibles para todos. En el restaurante pueden encontrar rampas y baños adaptados, sin embargo tuve la mala fortuna de que justo ese baño se encontraba fuera de servicio y pues básicamente no pensaban arreglarlo porque no lo vieron como prioridad. Una gran desventaja para este hermoso lugar donde definitivamente van turistas de todo el país y podrían ser mucho más inclusivos.
Yo mientras tanto, me estoy pensando seriamente ir a la feria este año para contarles cómo está el tema de accesibilidad, mientras tanto, les recomiendo tomarse una copa de vino y disfrutar el inicio de semana. ¡Gracias por leerme y recomendarme lugares para visitar! Recuerden seguirme en mi instagram @elgatoconruedas para ver más fotos e historias de mis aventuras.
Atte: El gato con ruedas.