Rodando en tiempos de elecciones

Hola a todos, después de una pequeña pausa (de la cual ya les contaré en otro post), vengo a platicar con ustedes de un tema que para algunos será polémico, para otros un tanto fastidioso u aburrido, pero del cual se habla mucho últimamente y en mi muy humilde opinión, debe ser considerado de gran importancia. Así es, hoy vamos a hablar un poco de política, muy específicamente, del sistema electoral desde el punto de vista de accesibilidad e inclusión.

Dentro de unos pocos días, se llevarán a cabo las elecciones más grandes de la historia de México (tanto por la cantidad de cargos a votar como por la cantidad de votantes), y debido a que me encuentro en casa por cuestiones de salud, me pregunté si era posible que yo votara, así como si había algún mecanismo para que las personas que se encuentran en cama o con alguna situación que no les permite desplazarse, podrían hacerlo. Decidí consultar a mi buen amigo El Asesor Electoral y platicamos un buen rato sobre la situación de nuestro país y algunas oportunidades que vemos en un futuro.

Para tener mejores referencias, decidimos ahondar en la publicación “Desafíos de la democracia incluyente”, del Instituto Electoral del Estado de Querétaro, ya que ahí pudimos encontrar los estatutos en los que prácticamente se indica que el sistema debe buscar que las personas con discapacidad puedan participar tanto en la organización de las elecciones, como al momento de emitir su voto.

Votar es un derecho universal, por lo que la inclusión va de la mano

De acuerdo al Registro Federal de Electores, en el 2014 existían más de 450,000 personas con discapacidad dadas de alta en el sistema. Si tomamos en cuenta que la población en ese momento era de 7.1 millones de personas con alguna discapacidad, notamos que hay una gran brecha simplemente desde el momento del registro en el INE (tomando en cuenta que más del 60% de esas personas ya eran mayores de edad).

Si seguimos con las acciones que se deben llevar a cabo, encontramos que el sistema electoral tiene una guía para adaptar en la medida de lo posible (cuestiones económicas y de recursos humanos en general), la infraestructura para que las personas con discapacidad participen, desde la página web, la publicidad y el entorno físico para que las personas puedan llegar a emitir su voto con la menor cantidad de barreras. Esto por ejemplo, lo he comprobado porque en efecto la página web cuenta con accesibilidad para personas con discapacidad visual y auditiva, además de que analizando los lugares en los que se instalan las casillas, son espacios bastante accesibles, si bien no porque éste sea su objetivo primario, más bien coincide con que son lugares públicos, que la mayoría conoce, en planta baja, con espacios muy abiertos para las instalaciones de casillas y un gran flujo de gente, como escuelas, parques o plazas (las más grandes o conocidas).

Ahora, si bien en las publicaciones y escritos, normalmente todo se ve bastante regulado, la realidad desafortunadamente no siempre es paralela a esto. Mi experiencia es corta, así que les contaré de la última vez que participé en un ejercicio electoral. Todo fue así: estuve formada un rato como el resto de las personas, sin embargo alguien de la organización me vio y me permitieron pasar antes (sí, me ahorré la fila, aunque no entiendo muy bien porque, esta discusión de pasarnos primero en las filas, la tocaremos en otro post), me topé con que no se contaba con una mampara de mi altura para que pudiera votar, así que efectivamente pude ejercer mi derecho, pero fue bastante incómodo, estaba alto, no alcanzaba a ver bien la boleta y realmente no me cubría la separación como normalmente lo debe hacer (para que mi voto sea secreto). Después de esto, todo el proceso fue muy eficiente, no tuve mayor problema en terminar mi registro y encontrar la salida.

La selección del lugar, está pensada en la accesibilidad general, para que la mayor cantidad de personas pueda participar

Platicando con El Asesor Electoral, comentaba que es probable que no se contara en especial en este punto con una mampara de baja estatura, aunque debería de, o simplemente no se instaló por falta de capacitación del personal. Debo decir que no fue la peor de la barrera con la que me he topado, sin embargo, me pareció un poco triste que haya todo un sistema y presupuesto pensado para esto y que no se haya aprovechado.

Por otro lado, estuve investigando si este año podría votar desde casa o si alguna otra persona podría hacerlo. La repuesta: no. En México se cuentan con casillas especiales que se dividen en los 32 estados en los hospitales públicos más grandes por entidad, para que puedan votar personas internadas, familiares y personal de salud (lo cual nos debe importar este año incluso más), sin embargo el resto de los hospitales y clínicas, se quedan sin esta oportunidad porque no contamos con suficientes recursos para cubrir todo el territorio. En el tema a domicilio, aún no se cuenta con este mecanismo completamente desarrollado, se puede hacer únicamente si vives en el extranjero y te registras con varios meses de anticipación, envías tu voto por correo y puedes participar. Sin embargo, me encontré con que varios países sí cuentan con esta opción a nivel local, como Ecuador, Paraguay, Honduras, República Dominicana y por supuesto Estados Unidos.

Si bien pareciera algo factible como propuesta, en la plática surgió este tema y llegamos a la conclusión de que culturalmente no estamos listos para ello. Desafortunadamente, somos una comunidad que desconfiamos de sobremanera del sistema electoral a pesar de ser uno de los más seguros a nivel mundial, pues contamos con una gran cantidad de mecanismos que previenen algún tipo de fraude. Si funcionan o no, es otro tema del que no hablaremos el día de hoy, pero podemos decir que la falta de confianza, de recursos económicos y de personal capacitado, son las principales razones por las que realizar un voto a distancia parece ser aún un tema poco probable en México.

La accesibilidad e inclusión en tiempos electorales va mucho más allá de una rampa o darnos el lugar en la fila

Así que si bien este año no podré participar, espero que muchas personas con discapacidad puedan hacerlo, ya que tener representación en todos los niveles del sistema democrático, desde los candidatos, hasta la organización y emisión del voto, son oportunidades para tener mejoras de accesibilidad e inclusión.

Los dejo por esta semana, agradeciendo que llegó el final de las campañas electorales y veremos menos publicidad, discusiones y acusaciones en redes sociales, que creo es una de las causas por las que preferimos evitar el tema.

No olviden seguirme en mi perfil de Facebook (@elgatoconruedasblog) e Instagram (@el_gato_con_ruedas), para ver un poco más de mi día a día (aunque sea desde mi recuperación en cama).

Atte. El Gato con Ruedas

1 comentario en “Rodando en tiempos de elecciones

  1. Avatar de Marta PinetMarta Pinet

    Espero que te recuperes pronto…, tus escritos son muy importantes, pero tu salud lo es más. Un abrazo con cariño.

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