Rodando con mis amigos: Annie

Valiente, esa sería la palabra que utilizaría para describir a la protagonista del post de esta semana. Sin duda Annie es una persona que tiene mucho que enseñarnos y compartirnos, su experiencia en el mundo de la discapacidad me abre una nueva perspectiva sobre la vida en silla de ruedas.

Ana Luisa Bustinzar, mejor conocida como Annie por varios de sus amigos, hoy nos acompaña en un capítulo más de «Rodando con mis amigos», estas pequeñas cápsulas que tienen como objetivo conocer un poco de la vida de otros usuarios de silla de ruedas y abrir un poco más nuestra perspectiva sobre la discapacidad, al darnos cuenta que existen mil posibilidades del tipo de vida que podría tener una persona sobre ruedas.

Annie, originaria del Estado de México, vive en la ciudad de Querétaro desde hace 10 años, y aunque ambas coincidimos que prácticamente ya somos queretanas, entre risas sabemos que la nacionalidad no nos la dan por nada del mundo los locales, no importa la cantidad de años que llevemos viviendo aquí. La razón por la que es usuario de silla de ruedas, es una lesión medular en T10 adquirida después de desarrollar una reacción alérgica a la anestesia durante el nacimiento de su hija.

Desde que uno comienza a hablar con Annie, te das cuenta que la valentía y fortaleza que la distinguen va mucho más allá de estar en una silla de ruedas o del motivo por el que la adquirió, pues ser mamá creo que es uno de los trabajos más honorables y que más agallas requieren en la vida, que además lleva a cabo de manera natural y con mucha alegría.

Ser mamá es sin duda uno de los trabajos más honorables del mundo

A pesar de llevar ya varios años en la silla de ruedas, Annie hace poco descubrió otra de sus grandes pasiones además de realizar sudokus y jugar cartas con su familia: el baile. Practicarlo la ha ayudado a redescubrir los límites de su cuerpo e ir más allá, a ser más extrovertida y disfrutar del movimiento, lo cual puedo decirles que no es nada sencillo, es un proceso que todos vivimos de diferentes maneras pero que el baile nos ha regalado a algunos, siendo yo misma testigo del cambio impresionante que tiene la expresión de Annie después de más de un año de bailar.

Al igual que Isa y una servidora, Annie vive en el mundo godín, sin embargo durante muchos años su interés estuvo en el mundo de la comunicación, especialmente en la radio, sin embargo la vida la llevó a estudiar administración y gran parte de su carrera ha estado involucrada en esa área, lo cual también la ha llevado a mudarse en diversas ocasiones, siendo esta misma razón por la que hace un tiempo llegó a la capital queretana.

Tocando el tema de inclusión laboral, pudimos compartir algunas anécdotas entre las cuales justo surgió el tema de las oportunidades para las personas con discapacidad. Como hablaba hace algunas semanas en este mismo espacio, algunas empresas creen que la inclusión es contratar a una persona con discapacidad, cayendo en una mala práctica de dar por hecho que la silla de ruedas nos restringe en cuestiones de habilidades y aptitudes e incluso de logros académicos, pues en alguna ocasión a Annie le respondieron incluso que no la contrataban porque el puesto era para una persona que no tuviera una carrera completada, es decir que esperaban a una persona en silla de ruedas pero que no tuviera alguna formación, siendo que estos puntos no tienen relación alguna.

La inclusión laboral va más allá de contratarnos

Al hablar sobre otros retos de inclusión y accesibilidad, por supuesto que coincidimos en muchas de las áreas de oportunidad que observamos hoy en la infraestructura de la calle o en algunos establecimientos, pero también la conversación tocó dos puntos muy importantes de los que creo que no había hablado hasta ahora y son bastante interesantes: la inclusión a una mamá con discapacidad y las auto barreras mentales.

El tema de ser una mamá con silla de ruedas, de primera instancia no debería ser una barrera, sin embargo pudo compartirme que al final hay temas en los que la infraestructura y preparación de la sociedad la hicieron pasar etapas difíciles, en cosas tan simples como no poder asistir a las juntas de padres de familia en la escuela porque no había manera para que ella llegara, lo cual al final tenía un impacto en su hija dentro de la escuela y en su relación con el resto de la comunidad escolar. Por otro lado, así como muchos de nuestros familiares, su hija y las personas más cercanas a ella, hoy ven la discapacidad como algo natural y con lo que se puede vivir de manera normal, pues crecieron viéndola sin ningún tipo de bloqueo mental. Justo esto nos da una idea de lo que se necesita en la sociedad: incluir a los niños desde pequeños en estos temas.

A veces cuando nos ven en silla de ruedas y haciendo nuestro máximo esfuerzo por llevar una vida lo más «normal» posible, las personas creen que somos súper héroes y que somos extraordinarios por vencer las barreras que de manera casi natural existen, pero pocas veces piensan que nosotros muchas veces salimos adelante por nuestros amigos y familia, quienes son los que nos empujan y nos hacen ver que muchas de estas «barreras» nosotros mismos las creamos. Aquí les va una anécdota de Annie pero con la que me identifiqué mucho y seguro algunos más lo harán:

«Hace unos años, cuando estaba en la universidad, una amiga organizó una cena de fin de año en su casa para nuestro grupo de amigos, a lo que yo pregunté en varias ocasiones si estaba en planta baja. Mi amiga respondió que sí, pero cuando llegué mi sorpresa es que en realidad estaba en tercer piso. Mi primera reacción fue decirle: ¡te pregunté si era en planta baja! (obviamente enojada), a lo que me respondió: a ver, todos aquí ya lo sabíamos y ya estamos listos para cargarte, pero si te decía que estaba en un tercer piso, ni siquiera hubieras venido»

La familia y amigos son pilares de la inclusión

Probablemente les sorprenda pero en más de una ocasión me ha sucedido, que prefiero no ir o desistir de un plan por pensar en lo que «no va a haber» para que yo pueda pasar, entrar, llegar, etc. Y en realidad siempre he encontrado una solución, pero no soy yo, en general son las personas a mi alrededor, por lo que hablar con Annie me recordó lo importante que es ese círculo en nuestras vidas y lo agradecida que estoy con ellos, porque ustedes saben quienes son.

Sin duda alguna espero pronto tener una partida de cartas con una copa de vino con Annie (apenas mejore la pandemia porque henos aquí, año y medio después aún sin el final a la vista), pues tenemos la gran fortuna de vivir en la misma ciudad pero sin conocernos en persona. ¡Gracias por compartirme un poco de tu vida en este espacio!

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Atte. El Gato con Ruedas

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