Rodando, soltando, aprendiendo y creciendo

Tener una discapacidad es un condición con la que vivimos el 15% de la población mundial. A pesar de nacer con ella o llevar ya un tiempo conviviendo con ella, nunca dejamos de aprender y de conocer diferentes perspectivas del mundo de la discapacidad, nadie tiene el 100% del conocimiento ni de experiencia, por ello la importancia de seguir compartiendo con los demás lo que vivimos.

Me tomé unas semanas de descanso de este espacio, creo que es válido y necesario que todos lo hagamos de vez en cuando, sobre todo en un mundo en el que estamos conectados prácticamente 24/7. Después de mi hermosa celebración de 5 años sobre ruedas, me tomé unas semanas para disfrutar aún más de mi familia y amigos, para viajar un poco, para terminar de vacunarme y para comenzar nuevos proyectos, de lo que obviamente estaré escribiendo en este espacio.

Deben saber que los primeros 3 años que viví con discapacidad, tuve muy poco (si no es que nulo) contacto con otras personas con discapacidad. ¿Por qué? Simplemente creo que no se dieron las circunstancias adecuadas, yo no estaba lista emocionalmente por lo que nunca busqué un grupo y tampoco me sentía identificada con las personas que hasta ese momento conocía, además de que mi salud estaba enfocada más en mi rehabilitación física y en atender la herida por presión que recién me había hecho en ese momento, por lo que hoy veo que mis prioridades eran otras. Por otro lado, aunque uno pensaría que por usar la silla de ruedas, en automático se atraen a otras personas que usan silla, la realidad es que no, pues en mi propio centro de rehabilitación habían muy pocas personas con discapacidad.

Todo en esta vida es un aprendizaje, con o sin ruedas

Bueno pues hace un tiempo llegué a un grupo con otras personas con discapacidad con quienes de inmediato me sentí identificada por muchas más cosas que el uso de silla de ruedas. Si bien fue en medio de la pandemia que nos conocimos, el poder platicar con alguien que pasa por situaciones muy similares a las tuyas, sin duda te hace sentirte un poco más tranquilo, pues aunque hemos platicado de muchas cosas en este espacio, hay otras que difícilmente puedes compartir sin sentirte completamente extraño.

Gracias a esas personas y a algunas experiencias que pude vivir en estas semanas hoy tengo 4 grandes aprendizajes para llevarme y con los que espero se sientan identificados, estén o no en una silla de ruedas:

Rueda: no dejes de moverte, si puedes ve de viaje, sal a pasear a algún lugar cercano, atrévete a probar nuevas experiencias, además de que seguramente vas a crear recuerdos hermosos, vas a retarte a ti mismo, a salir de tu zona de comfort, a ver por los demás y a cuestionarte a ti mismo y a tu contexto. ¿No vas en una silla de ruedas? Esto también va para ti, mantente en movimiento, descubre nuevos lugares, conoce a personas nuevas, siempre se puede aprender al cambiar de ambiente.

Yo sé que estamos en pandemia y me van a decir: oye pero no podemos salir, es verdad pero también creo que poco a poco hemos aprendido a convivir con las medidas de prevención, hoy tenemos muchas opciones y mejor aún si ya estás vacunado, es una protección más para todos.

Rueda, baile, ríe, pero no dejes de moverte

Suelta: hace unos días recordé que fue en esta misma pandemia cuando vendí mi bici. Aquella bici que llevaba más de 3 año guardada sin que nadie la usara, a pesar de que en mi mente no estaba volver a usarla en el corto plazo y que sabía que ocupaba un espacio más en la casa. Finalmente, en el momento justo una amiga estaba buscando una bici, se la ofrecí y ese mismo día fue por ella. No me había dado cuenta de lo que significaba para mí dejar ir algo que representaba una parte tan importante de mi pasado hasta el momento en que vi que se marchaba y mis ojos se llenaron de lágrimas.

A veces necesitamos soltar cosas materiales, emociones, recuerdos, personas o a nosotros mismos y no lo sabemos. Pero sin duda, si no soltamos, es muy difícil avanzar, porque eso que venimos cargando pesa e incluso no nos deja ver lo que viene más adelante. No es un ejercicio fácil, pero vaya que es vital para lo siguiente.

Dejar ir es de lo más complicado para el ser humano, pero también de lo más sano

Aprende: siempre lo he pensado y hoy lo reafirmo, nadie nace sabiendo todo, como humanos es natural encontrarnos en constante aprendizaje, así que no tengamos miedo a aceptar que no sabemos algo o mejor aún, que nos da miedo intentar algo nuevo.

Desde hace 5 años mi vida ha estado llena de aprendizajes, no solo del mundo de la discapacidad, sino también de mí misma y mejor aún, he reaprendido, desde vestirme y bañarme hasta el valor de la amistad, de la familia, de las emociones y de mi cuerpo, de la fragilidad de la vida y de la fortaleza de la mente, he reaprendido a vivir.

Siempre hay algo por aprender, incluso cuando no nos damos cuenta

Crece: parece algo natural, es parte de la vida del ser humano pero no siempre somos conscientes de lo que nos está haciendo crecer. Yo diría que es el conjunto de los 3 consejos anteriores, dejar ir, estar en movimiento y aprender de lo que va sucediendo para pasar al siguiente nivel. Creo que parte de la felicidad de la vida se encuentra en esto, en disfrutar el proceso y festejar cada vez que se da un paso más, porque cada pequeño escalón cuenta.

Crecer a veces duele, pero siempre vas a tener amigos que rían contigo cuando subas ese escalón

Hoy creo que más allá de los 5 años, he subido unos cuantos escalones, estoy en un gran momento de la vida, me siento más segura para rodar en otros lugares y me emocionan los nuevos proyectos que vienen por delante, creo que las personas a mi alrededor son las mejores que podría tener y espero poder rodar con ustedes y escribir sobre ello por mucho más tiempo.

Gracias por leerme, no olviden seguir mi Instagram y Facebook para ver más de mi día a día.

Atte. El Gato con Ruedas

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