Las pistas lo llamaron desde pequeño, pasando del atletismo a las mesas de tenis y el baile, para hoy ser reconocido como uno de los mejores de su categoría y coach personal de su hermano, quien ahora vive contagiado de su pasión por la vida.
Hace un buen tiempo que quería hacer esta entrevista para la sección de mis amigos sobre ruedas, y es que si bien no tiene tanto tiempo de conocer a Rob, creo que es una de esas personas cuya historia merece ser contada. Originario de Monterrey, Nuevo León, Roberto Salvador Morales llega a este espacio y nos cuenta su camino a través de las pistas.
Rob nació con espina bífida con mielomeningocele, por lo que su discapacidad se considera de nacimiento. Actualmente trabaja en el área de marketing de una empresa acerera y es asesor de baile en el grupo Paradance Nuevo León. A sus 28 años, nos puede presumir de una gran cantidad de logros en el mundo del deporte, pero esta historia la tenemos que empezar a contar con su gran entrada a las pistas de carreras.
Era el 2009 cuando Rob entró al mundo del deporte, específicamente en las pistas de carreras, pasando ya su primer selectivo en tan solo dos meses, protagonizando su primera paralimpiada nacional y llevándose un bronce este mismo año, siendo incluso acreedor en el 2010 al premio estatal de atleta revelación del año. Después de una trayectoria con varias medallas, en el 2012 sale de la pista para adentrarse en el tenis de mesa, el cual lo llevaría por un camino que en ese momento no imaginaba.
En el 2013 fue con su equipo a una exhibición de tenis de mesa, en la que coincidió una presentación del grupo de Danza sobre silla de ruedas de Nuevo León. Si bien a Rob no le llamó tanto la atención de inicio, fueron los entrenadores, el grupo y su misma familia quienes lo invitan a probar ahora la pista de baile y a convencerse de este deporte. Su talento natural lo llevaron una vez más a competencias nacionales en sus primeros meses, obteniendo un par de medallas de bronce apenas 8 semanas después de ingresar al grupo.
Para quienes somos nuevos en este mundo, les platico que en ese momento habían dos categorías en parejas, siendo un bailarín usuario de silla de ruedas y el otro no. La primera se llama «combinado estándar» en la que se incluyen 3 ritmos: el vals inglés, tango y quickstep. La segunda se llama «combinado latino», en la que se incluyen los ritmos zamba, chachachá y jive. El 2014 Rob lo recuerda como uno de sus mejores años, pues fue cuando obtuvo dos oros en la paralimpiada de Cuernavaca (sí, ganó en ambas categorías), así como una plata en la Ciudad de México.
Si bien por la edad no pudo continuar entrando a las competencias, Rob continuó su carrera en el baile a través de presentaciones y a partir del 2020 como asesor, por lo que ahora él es parte del equipo entrenador de este grupo, lo cual le regaló una gran experiencia en este 2021. Rob tiene un hermano de 11 años, por lo que desde pequeño acompañó a Rob en su trayectoria, viendo sus ensayos y presentaciones. A los 5 años, decide entrar también al grupo de baile (que como ya mencionamos es híbrido) y ahora Rob siendo su asesor pudo acompañarlo a su primera competencia nacional hace unos meses, en la que se hizo de una medalla de oro junto con su compañera, quien es usuaria de silla de ruedas. «Verlo me motiva a seguir haciendo esto, a echarle más ganas, porque lo veo crecer y me da orgullo ser parte de esto», menciona Rob mientras me cuenta la experiencia emocionado.
La pandemia lo llevó como muchos bailarines, a tomar ensayos desde casa, por lo que fue a través de medios digitales que conoce a Dance on Wheels y se decide a entrar para experimentar. El baile lo llevó una vez a nuevas aventuras, pues además de disfrutar de una manera diferente el baile, menciona que una de sus mejores experiencias la vivió el año pasado, cuando tuvo la oportunidad de viajar a la Ciudad de México para conocer a varios miembros del grupo y bailar junto con ellos para un reportaje de Foro TV. Personalmente, creo que es un honor tener a Rob en nuestro grupo, por lo que agradezco que sea parte de esta familia, pues sin duda tiene un don para bailar.
Si bien su trayectoria en las pistas ha tenido grandes logros, Rob me comparte que también ha tenido golpes en la vida que lo hacen ser quien es hoy. En la escuela, su primer reto fue el bullying, que sí, a lo mejor es un tema un poco desvalorizado hoy por explotar la palabra en algunos casos, pero una realidad para muchos niños y jóvenes con discapacidad, recordándonos una vez más que aún nos queda un largo camino por recorrer en cuanto a cultura de inclusión y diversidad. Esto no fue un impedimento para nuestro querido Rob, quien hoy es egresado de la Facultad de Filosofía y Letras con especialidad en el idioma inglés.
La historia de Rob me hizo recordar cómo cada pequeña decisión que tomamos está ligada a lo que nos espera en el futuro, y si bien algunas veces nos puede parecer todo incierto, solo nos queda confiar, seguir nuestro instinto y disfrutar de cada etapa del camino.
Gracias por leerme una semana más amigos, gracias Rob por esta entrevista y los invito una vez más a seguirme en Facebook e Instagram para ver más de mi día a día y aprender juntos de la inclusión y diversidad.
Atte. El gato con ruedas
El gato con ruedas 