Siempre he sentido curiosidad por los significados que los seres humanos le damos a la vida: algún hecho, una persona, un astro, el clima, incluso, a los números.
Si uno quiere, la vida está repleta de símbolos, porque uno los ve en todo momento. En mi caso, han estado presentes desde que nací. Mi cumpleaños, para quienes no lo sepan aún, es un día 13, que algunos dirán que es un número de buena y otros de mala suerte. En mi acta, verán que nací a las 00:08 minutos, siendo el 8 el número que representa el infinito y la abundancia. La verdad es que estos números fueron elegidos por mi papá (historia que les contaré otro día), y de hecho los eligió porque sabía un poco de numerología y pensaba que esto me daría buena suerte. Yo soy de la idea, que cada quien va tejiendo su destino, pero sin duda, creo que mi vida ha estado llena de abundancia y muy buena suerte.

Hace un tiempo que no venía a este espacio, creo que porque necesitaba enfocarme un poco en la vida offline, sin embargo, he decidido desempolvar un poco el que alguna vez fue mi cuarto de terapia, estas páginas en donde les cuento de mis aventuras, créanme, más de una vez fue una catarsis tratando de entender lo que estaba pasando con mi cuerpo, mi mente y todo mi entorno.
Algunos se preguntarán, y ¿por qué volver ahora? Bueno, pues porque hoy es mi cumpleaños número 8, el número que representa el amor infinito y la abundancia en su máximo esplendor y les confirmo, que hoy así me siento: infinita.
En estos años, muchos de ustedes me habrán acompañado en momento difíciles, algunos muy felices, otros en donde parecía que el mundo estaba en nuestra contra y otros en donde las cosas fluyeron. Estos 8 años, me han regalado una cantidad de recuerdos y experiencias increíbles: viajes, personas, historias, caídas, bailes y hospitales. Cada uno de estos momentos, me trajeron a este día, en el que vivo tal y como yo lo esperaba probablemente aquel 23 de septiembre del 2016: independiente, con un trabajo en donde me valoran, con amigos a mi alrededor que atesoro, con mi familia a quien amo y aprecio cada día, con un novio que me acepta, me cuida y me admira tal y como soy, y con una gran cantidad de anécdotas para compartir con el mundo.



A mi «yo» de hace 8 años no tengo mucho que decirle, más que agradecerle por su resiliencia y por creer en sí misma, aun en los momentos más oscuros, yo no cambiaría absolutamente nada. Cada decisión, cada momento, cada enojo, lágrima y carcajada, cada persona que pasa por la vida, te llevarán hasta donde sueñas y aún más. La vida, seguirá siendo una fiesta.
Supongo que estoy melancólica porque pronto mi edad llegará a la tercera década, esa edad en donde uno empieza a ser más adulto y menos joven, en donde una se pone a reflexionar sobre su vida y sin duda, este ha sido mi espacio favorito para hacerlo.
Gracias por seguir rodando conmigo después de 8 años. Gracias por seguir a este gato, que sigue aprendiendo de la vida y que sigue creyendo que ese 23 de septiembre, tiene un significado mucho más profundo, del que ella misma puede entender.

Con amor,
El Gato con Ruedas